viernes, 9 de enero de 2015

TRASTORNO DE IDENTIDAD DISOCIATIVO (2)


Criterios diagnósticos según el DSM-IV del Trastorno de Identidad Disociativo
A. Presencia de dos o más identidades o estados de personalidad (cada una con un patrón propio y relativamente persistente de percepción, interacción y concepción del entorno y de sí mismo).
B. Al menos dos de estas identidades o estados de personalidad controlan de forma recurrente el comportamiento del individuo.
C. Incapacidad para recordar información personal importante, que es demasiado amplia para ser explicada por el olvido ordinario.
D. El trastorno no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. Ej., comportamiento automático o caótico por intoxicación alcohólica) o a una enfermedad médica (p. Ej., crisis parciales complejas).
Nota: En los niños los síntomas no deben confundirse con juegos fantasiosos o compañeros de juego imaginarios.
Diagnóstico diferencial
El trastorno de identidad disociativo debe diferenciarse de:
  • Los síntomas debidos a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica (p. Ej., epilepsia).
  • De síntomas disociativos debidos a crisis parciales complejas. Las crisis comiciales suelen ser generalmente breves (desde 30 seg. hasta 5 min.) y no presentan la estructura compleja y resistente de las identidades y del comportamiento que se observa en el trastorno de identidad disociativo, a pesar de que los dos trastornos pueden manifestarse al mismo tiempo. Siendo poco usual encontrar antecedentes de abusos físicos y sexuales en las personas con crisis parciales complejas.
  • Los síntomas debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia pueden diferenciarse del trastorno de identidad disociativo por el hecho de que la sustancia (p. Ej., drogas o fármacos) se considera etiológicamente relacionada con la alteración.
  • El diagnóstico de trastorno de identidad disociativo debe prevalecer sobre el de amnesia disociativa, fuga disociativa y trastorno de despersonalización. Los individuos con trastorno de identidad disociativo puede diferenciarse de los individuos en trance o con síntomas «de posesión» que serían diagnosticados de trastorno disociativo no especificado) por el hecho de que éstos explican que espíritus y seres ajenos han entrado en su cuerpo y poseen el control absoluto de sus actos.
  • Existe controversia a la hora de establecer el diagnóstico diferencial entre el trastorno de identidad disociativo y otros trastornos mentales, como la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, el trastorno bipolar, con ciclación rápida, los trastornos de ansiedad, los trastornos de somatización y los trastornos de la personalidad. Los factores que pueden facilitar el diagnóstico del trastorno de identidad disociativo son una clara sintomatología disociativa, con cambios de identidad repentinos, amnesia reversible y puntuaciones elevadas en los tests de disociación e hipnotizabilidad en individuos que no manifiestan síntomas propios de otro trastorno mental.
  • El trastorno de identidad disociativo debe diferenciarse de la simulación en las situaciones en las que puede obtenerse un beneficio económico o legal y de los trastornos facticios (en los que se puede observar un comportamiento de búsqueda de ayuda).
Tratamiento
La evaluación se debe realizar con pruebas psicológicas, historia clínica personal y familiar, antecedentes médicos y evaluación física para descartar otros trastornos que pudieran dar síntomas similares.
El paciente con trastorno de identidad disociativo requiere psicoterapia, con frecuencia facilitada por la hipnosis (el médico utiliza la hipnosis con frecuencia para tener acceso a las personalidades, facilitar la comunicación entre ellas, estabilizarlas e integrarlas. La hipnosis también se usa para reducir el impacto doloroso de los recuerdos traumáticos).
Se pueden emplear un amplio rango de psicoterapias, incluso cognitiva-conductual, psicodinamica, de apoyo, hipnoterapia, para ayudar al paciente con estas tareas. Quizás sean necesarias las intervenciones familiares, matrimoniales, sociales y educativas. 
La terapia de grupo homogéneo para pacientes con este trastorno puede ser efectiva si se estructura de manera cuidadosa para enfocarse en la adaptación actual a la vida y no a los traumas pasados. Las terapias expresivas como la artística y la danza suelen ser de utilidad para los pacientes.
Los síntomas pueden ir y venir de modo natural, pero el trastorno no desaparece por sí mismo. El tratamiento puede aliviar algunos síntomas específicos pero no tiene efectos sobre el trastorno en sí mismo.
El tratamiento de estos pacientes en psicoterapia suele ser largo, siendo su objetivo final la integración de los datos que se han perdido u omitido dentro de las lagunas de olvidos.
En cuanto al tratamiento farmacológico, aún no cuenta con fármacos específicamente dirigidos a esta enfermedad, y muchos de los síntomas han sido relativamente resistentes al tratamiento. Por lo que, la medicación se dirige al apoyo con los síntomas depresivos, problemas de sueño, ansiedad, problemas alimenticios o síntomas psicóticos.
También resulta básico el apoyo del entorno familiar para el avance de éstos pacientes, ofreciéndoles apoyo terapéutico, comprensión y afecto.
El pronóstico depende de los síntomas y de las características del trastorno. Aquellas personas que tienen principalmente síntomas disociativos y características postraumáticas, es decir, que además de sus problemas de memoria e identidad, también experimentan ansiedad acerca de acontecimientos traumáticos y el hecho de revivirlos y recordarlos; suelen recuperarse por completo con el tratamiento.
Sin embargo, las que presentan de forma adicional trastornos psiquiátricos graves, como trastornos de la personalidad, afectivos, alimentarios y de abuso de drogas; el tratamiento puede tener menos éxito, la mejoría suele ser más lenta, debe ser más largo y pueden aparecer más crisis…


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