domingo, 25 de enero de 2015

AGRESIONES SEXUALES (2)


Cambios en la propia imagen
Puede existir un antes y un después respecto a la imagen que la persona tiene de sí misma. Puede sentirse otra persona, distinta y con menos confianza en sí misma. Su cuerpo tampoco es el mismo, se ha convertido en el instrumento responsable de la agresión. Le disgusta verse en el espejo, arreglarse y cuidarse como lo hacía antes.
Hay mujeres que no necesitarán ayuda psicológica o farmacológica tras la agresión. El equilibrio emocional previo, el paso del tiempo, la atención prestada a las actividades cotidianas y la ayuda familiar y social contribuyen a asimilar y digerir esta experiencia. De esta forma, aun con altibajos emocionales y con recuerdos dolorosos, son capaces de continuar con el trabajo o con los estudios, relacionarse con los demás, disfrutar de la vida diaria e implicarse en proyectos futuros.
Sin embargo, otras mujeres se encuentran atrapadas. Viven con sufrimiento y temor constantes, tienen dificultades para controlar sus emociones y pensamientos, sufren pesadillas, se aíslan, les cuesta reiniciar la actividad sexual, sienten que su cuerpo ya no es como antes, se sienten incapaces de resolver las demandas cotidianas y adoptan conductas poco saludables como beber en exceso, comer compulsivamente, automedicarse o autolesionarse.
Estas mujeres van a precisar ayuda. Son especialmente vulnerables aquellas mujeres que han sufrido otros abusos emocionales y sexuales en la infancia, que no reciben el apoyo de sus familiares y amigos, que han sufrido una agresión muy violenta en la que temieron especialmente por su vida, aquellas que estaban en tratamiento psicológico o psiquiátrico antes de la agresión, las que reciben amenazas posteriores del agresor, o cuando éste pertenece al círculo social de la víctima (familiar, amigo, compañero de trabajo o estudio) y las mujeres inmigrantes, sobre todo si están en situación irregular.

Muchas víctimas de violación sufrirán el Trastorno de Estrés Postraumático descrito en el DSM-IV (APA, 1994), el cual se manifestará con matices diferentes según se trate de víctimas agudas o crónicas y presenta los siguientes aspectos:
  • Las víctimas suelen revivir intensamente la agresión sufrida o la experiencia vivida en forma de pesadillas, de imágenes y recuerdos constantes y voluntarios.
  • Las víctimas tienden a evitarse o a escaparse de los lugares o situaciones asociados al hecho traumático e incluso rechazan pensar voluntariamente y dialogar con sus seres queridos sobre lo ocurrido.
  • Las víctimas muestran una respuesta de sobresalto exagerada, que se manifiesta en dificultades de concentración, en irritabilidad y en problemas para conciliar el sueño.
También es muy importante resaltar que el Trastorno de Estrés Postraumático no remite espontáneamente con el paso del tiempo, lo que lleva a que muchas víctimas de violación no tratadas manifiesten una sintomatología intensa, al menos a los 4 años de haberse producido el suceso (Kilpatrick et al., 1983).
Víctimas recientes
El abordaje de víctimas recientes es evitar la cronificación del trastorno de estrés postraumático, mediante programas breves. Señalamos a continuación el siguiente estudio:
Echeburúa, Corral, Sarasua y Zubizarreta (1996) evalúan por vez primera un programa de intervención en víctimas de agresiones sexuales recientes aquejadas de trastorno de estrés pos-traumático agudo y con un seguimiento a largo plazo (1 año). El tratamiento propuesto consta de 5 sesiones individuales de 1 hora de duración durante 5 semanas e incluye los siguientes puntos:
a) Expresión y apoyo emocional.
b) Reevaluación cognitiva.
c) Entrenamiento en habilidades específicas de afrontamiento:
  • Relajación y respiraciones profundas.
  • Habilidades de afrontamiento en situaciones específicas: asertividad ante la policía y el juez, comunicación de la confidencia al entorno íntimo de la víctima, recuperación de las habilidades cotidianas.
  • Superación de los pensamientos intrusivos mediante: parada de pensamiento, aserción encubierta y técnicas de distracción cognitiva.
Víctimas no recientes
Con víctimas no recientes, en líneas generales, el tratamiento consistirá en abordar la sintomatología del Trastorno de Estrés Postraumático. Se parte de Análisis Funcional del trastorno que nos indicará cómo se establecieron los síntomas y cómo se están manteniendo en la actualidad.
Los tratamientos psicológicos que se aplican suelen utilizar los siguientes componentes: entrenamiento en inoculación de estrés, terapia de exposición, reestructuración cognitiva, etc.
Cuando se trata de abordar otra sintomatología relacionada con la agresión como los trastornos sexuales, depresión, etc. se utilizan técnicas apropiadas para esa sintomatología, Ej. terapia sexual, incremento de actividades, reestructuración cognitiva para la depresión, entrenamiento en asertividad, etc.