domingo, 25 de enero de 2015

PSICOLOGIA DE LA VEJEZ (2)


A continuación indicamos varios aspectos básicos que existen en la terapia de ancianos:
Revisión de la vida, basado en la tendencia del anciano a revisar el contenido de su vida intentando buscar un sentido a la misma, asociado a la tendencia la interioridad, como característica del proceso de envejecimiento. En el curso de las psicoterapias la tendencia espontánea a hacer una revisión de la vida suele verse incrementada.
Disfrute, que surge de la visión negativa de la vejez por parte de la sociedad, la cual la identifica, entre otras cosas, con una carencia de actividades placenteras; visión que puede ser asumida por los propios ancianos, y como consecuencia renunciar a fuentes de satisfacción, que sin embargo, les serían accesibles.
Afrontamiento de la pérdida de poder, una de las características esenciales que conlleva el envejecimiento desde el punto de vista sociocultural es la pérdida de protagonismo en la vida social y de determinados niveles de poder que previamente se ostentaban.
Aspectos relativos a la salud física, es frecuente que las personas de edad expresen sus preocupaciones por su salud de manera explícita. En edades avanzadas de la vida es más frecuente padecer patología somática, que en muchos casos puede tener un carácter crónico. La vivencia personal de cada paciente en cuanto a sus problemas físicos puede ser muy variada y no deben hacerse generalizaciones a la hora de abordarlas. En ocasiones, puede ser útil utilizar los problemas físicos como punto de enganche para abordar la conflictiva psicológica con posterioridad.
Situaciones de duelo y pérdidas afectivas, la edad avanzada conlleva inevitablemente, tener que hacer frente a situaciones de duelo relativamente numerosas y frecuentes. Tanto si estas situaciones han sido desencadenantes de la solicitud de ayuda como si no, son temas que aparecerán con frecuencia en el curso de una psicoterapia en la que se facilite hablar al paciente de sus preocupaciones.
Algunas de las terapias utilizadas en ancianos, entre otras son:
Terapias cognitivo-conductuales:
- Terapia cognitivo-conductuales: directiva, focalizada en los síntomas, tareas encaminadas a modificar las percepciones y creencias equivocadas y conductas habituales en las que se basan los síntomas…
- Terapia conductual: terapia de alto contenido psicoeducativo dirigida a la reducción de las experiencias negativas y al incremento de las experiencias positivas a través de pautas de conducta…
Terapia interpersonal:
- Terapia interpersonal: focalizada en los conflictos de las relaciones interpersonales y en la modificación de los estilos relacionales patológicos…
Tras estas consideraciones, damos por finalizada esta entrada y continuaremos con una segunda parte deteniéndonos en los trastornos de ansiedad, depresión… etc.
Trastornos de ansiedad
Las reacciones de adaptación a los problemas personales que aparecen en esta edad (duelos, pérdidas, dolores físicos, trastomos del sueño, etc.) los hacen más vulnerables a la patología mental.
Se puede afirmar que la ansiedad es un síntoma común en la población geriátrica, pero un síndrome menos frecuente, por lo que hay menos pacientes que cumplen los criterios estandarizados para los trastornos mentales por ansiedad que entre la población adulta. Dichos síntomas no difieren mucho de los que aparecen en el adulto, excepto por la mayor prevalencia de quejas de tipo físico.
Puede resultar difícil establecer el diagnóstico de los trastornos de ansiedad en el anciano por el añadido de sus síntomas con los cuadros de ansiedad de origen orgánico agregado tanto a enfermedades físicas como a los fármacos utilizados para tratarlas.
Por otro lado, el sesgo que presentan los médicos en la atención de estos pacientes hace que, muchas veces, la depresión y la ansiedad sean consideradas como parte del envejecimiento normal. Lo cual se complica, al ser difícil distinguir los cambios del envejecimiento normal de signos de trastorno mental.
Los trastornos específicos de ansiedad se caracterizan por los siguientes síntomas clave:
Trastorno de ansiedad generalizada. Siendo la prevalencia baja para el trastorno que cumple la totalidad de los criterios diagnósticos (del 1% al 2%), y de cifras mucho mayores para el síndrome ansioso subumbral (que no alcanzan los criterios) (aproximadamente 17%).
Junto al componente emocional, existe un correlato físico que forma parte también del complejo sintomático. Este componente físico se caracteriza por los síntomas ya comunes de tensión motora (temblor, tensión muscular, inquietud psicomotriz, cansancio), hiperactividad autonómica (disnea, palpitaciones, parestesias, sudoración, manos frías, sensación de mareo, escalofríos, micción frecuente, dificultades de deglución) y dificultades de concentración, insomnio e irritabilidad.
Trastorno de pánico (con o sin agorafobia). Siendo su manifestación principal, el desarrollo de crisis de pánico, que llevan a la ansiedad anticipatoria (miedo al miedo), dando como resultado la evitación fóbica. Caracterizado por la presentación de variados síntomas de tipo físico o emocional, durante un espacio relativamente breve de tiempo, aunque en los ancianos puede ser más prolongada que en los adultos. En los ancianos la dificultad respiratoria, la sensación de mareo y el temor a caer son especialmente frecuentes. En relación con las crisis puede aparecer sintomatología agorafóbica, la cual se manifiesta sobre todo por la negación a salir de casa, bajo la excusa del riesgo a caer, ser asaltado o robado…
Con frecuencia los temores agorafóbicos comienzan como consecuencia de algún episodio desencadenante (p. Ej., enfermedad física). En estos casos de trastorno de pánico de inicio en la vejez hay menos síntomas de pánico, menos síntomas evitativos… Se ha observado asociado a: depresión, abuso de alcohol, mayor riesgo de suicidio y una tasa de mortalidad de origen cardiovascular más alta que el promedio.
Fobias. Apenas se diferencian de las del adulto, pueden incluir salir de casa, quedarse sólo en casa, tomar transportes públicos, espacios cerrados, ascensores, animales e insectos y someterse a procedimientos médicos o quirúrgicos…
Las fobias específicas de comienzo precoz es fácil que continúen inalteradas en la edad avanzada. Se asocian con una alta comorbilidad psiquiátrica y clínica.
Las fobias de aparición tardía, suelen estar ligadas a los factores estresantes típicos de la edad avanzada (ya comentados…)
Trastorno de estrés postraumático. El trastorno de estrés postraumático relacionado con un acontecimiento vivido en la edad adulta, puede cronificarse y alcanzar la edad avanzada… También puede desarrollarse a raíz de un acontecimiento vivido ya en la edad senil. En ocasiones una hospitalización de urgencia puede ser el punto de partida del trastorno.
Trastorno obsesivo-compulsivo. Este trastorno suele aparecer antes de los 50 años, generalmente durante la infancia o la primera juventud y cursa de manera crónica hasta el final de la vida. La presentación por primera vez en la edad avanzada es rara, aunque es aún más infrecuente que lo haga en el periodo entre los 45 y los 65 años. En los casos, frecuentes, de evolución a lo largo de muchos años, los pacientes pueden llegar a cierto grado de tolerancia y relativización de los síntomas.
Ansiedad asociada a un cuadro demencial. La agitación es una de las causas principales de consulta ante un paciente con demencia. Esta puede reflejar un cuadro ansioso, una depresión o un problema clínico agudo subyacentes, o ser parte de la evolución del cuadro demencial. La ansiedad puede ser el signo más precoz de una enfermedad de Alzheimer; aumenta a medida que el paciente toma conciencia de sus déficits y mientras conserva cierto insight (comprensión intuitiva de algo).
Depresión ansiosa (o duelo). La depresión ansiosa es la forma de presentación más común de la ansiedad en la vejez: el 95% de los ancianos deprimidos presentan síntomas de ansiedad); la ansiedad, a su vez, puede afectar el curso y pronóstico a corto y largo plazo de la depresión.

Share