viernes, 9 de enero de 2015

TRANSTORNO DE IDENTIDAD DISOCIATIVO (1)


El trastorno de identidad disociativo, (anteriormente llamado trastorno de personalidad múltiple), se caracteriza por la existencia de dos o más identidades o estados de personalidad en un solo individuo y en la que se producen episodios de amnesia, la cual consiste en la incapacidad de recordar información personal relevante debido a que se trata de acontecimientos que han ocurrido cuando otra de las identidades tenía el control. Estos lapsos de memoria pueden ser de memoria remota o de memoria reciente.
Las identidades más pasivas tienden a mostrar recuerdos más limitados, mientras que las más hostiles, controladoras y protectoras son capaces de mostrar recuerdos más completos. Sin embargo, una identidad que no esté actuando puede llegar a la conciencia (mediante alucinaciones visuales y auditivas; p. Ej., una voz que da órdenes…) 
La forma de confirmar la amnesia se produce mediante explicación dada por sus familiares y amigos, a través de los comportamientos observados o por los propios descubrimientos del individuo (p. Ej., encontrar un objeto que él no recuerda haber comprado)… 
Puede existir pérdida de memoria no sólo durante períodos de tiempo recurrentes, sino también una pérdida total de la memoria correspondiente a gran parte de la infancia.
En ocasiones, el estrés psicosocial produce la transición de una identidad a otra. El tiempo que se requiere para pasar de una identidad a otra es normalmente de unos segundos, pero algunas veces este cambio se realiza gradualmente.
El trastorno de identidad disociativo refleja un fracaso en la integración de varios aspectos de la identidad, la memoria y la conciencia. Cada personalidad se vive como una historia personal, una imagen, una identidad e incluso un nombre distintos.
Normalmente, hay una identidad primaria con el nombre del individuo, que es pasiva, dependiente, culpable y depresiva. Las identidades alternantes poseen usualmente diferentes nombres y rasgos que difieren o desentonan con la identidad primaria (p. Ej., son hostiles, dominantes y autodestructivas).
En situaciones muy concretas el individuo puede asumir determinadas identidades que pueden diferenciarse en la edad, el sexo, el vocabulario, los conocimientos generales y el estado de ánimo. 
Las identidades alternantes se presentan como si se controlaran secuencialmente, una a expensas de la otra, pudiendo negar el conocimiento entre ellas, ser críticas unas con otras e incluso entrar en conflicto abierto. De forma ocasional, una o algunas de las identidades más poderosas pueden planificar el tiempo ocupado por las otras…
El trastorno de identidad disociativo parece estar causado por la interacción de varios factores:
  • Estrés insoportable, como el haber sufrido abusos físicos o psicológicos durante la niñez.
  • Habilidad para separar los propios recuerdos, percepciones o identidades del conocimiento consciente (capacidad disociativa).
  • Antes de tener una visión unificada del yo y de los otros se puede consolidar sólidamente un desarrollo anormal.
  • Una deficiente protección y atención durante la niñez.
Por lo general las personas con trastorno de identidad disociativo narran haber padecido abusos físicos y sexuales durante la infancia, cometido por uno de los padres u otro miembro de la familia… utilizando dicho trastorno como mecanismo de defensa para poder sobrellevar el dolor y el miedo provocado por estos hechos. 
Siendo más grave aún, en aquellos niños cuyo padre / madre… además de abusar sexualmente de ellos, es capaz de mostrarles amor y protección de manera simultánea, con lo que una forma de escapar del abuso continuado es a través de la disociación (como hemos dicho anteriormente como mecanismo de defensa), estas personas suelen ser hipnotizables y especialmente vulnerables a todo lo que pueda provocar sugestión…
Indicando que, no todas las personas son capaces de disociar, y éstas en concreto, siendo víctimas de abuso continuado, pueden desarrollar un trastorno de estrés postraumático (este trastorno suele ser la respuesta a un único episodio de abuso), depresión recurrente, ideación suicida (ambos como indicios de abuso sexual recurrente…) o psicosis.
Hay que señalar, que el haber tenido un episodio disociativo como respuesta a un trauma, no se tiene por qué desarrollar un trastorno de identidad disociativo, para lo cual es necesario que dicho trauma sea repetido a lo largo del tiempo.
Es un trastorno que aparece en la infancia, nunca en la edad adulta, aunque persiste durante la edad adulta.
El trastorno de identidad disociativo parece tener un curso clínico variable, que tiende a ser crónico y recidivante. Es un trastorno del desarrollo con una base postraumática, que generalmente comienza después de los 6 años de edad. Se han descrito tanto cursos episódicos como continuos. 
El trastorno puede ser menos manifiesto cuando los individuos tienen más de 40 años, pero puede volver a aparecer durante los episodios de estrés, durante los acontecimientos traumáticos o durante el abuso de sustancias…