martes, 6 de enero de 2015

BARBITÚRICOS

Los barbitúricos se han utilizado a lo largo del tiempo como sedantes. A partir de los años 60 y 70 del siglo XX comenzaron a recetarse para tratar dolencias relacionadas con el estrés. Hay muchos tipos de barbitúricos. Hoy en día, un nuevo grupo de hipnóticos llamado benzodiacepinas ha sustituido a muchos de los barbitúricos. Éstos se siguen utilizando hoy en día para tratar varios tipos de epilepsia.
Los barbitúricos tienen varios efectos sobre el comportamiento dependiendo de la dosis:
En dosis bajas: reducir la ansiedad, la respiración, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y el movimiento ocular rápido (REM).
En dosis más altas: los barbitúricos pueden realmente aumentar algunos tipos de comportamiento y actuar como un estimulante. Estos efectos pueden ser causados por la depresión de los circuitos cerebrales inhibitorios. En otras palabras, los barbitúricos a estas dosis actuan para eliminar el comportamiento inhibitorio.
Los barbitúricos pueden conducir a una sedación excesiva y causar anestesia, coma e incluso la muerte. La sobredosis de barbitúricos puede producirse porque la dosis efectiva de la droga no está demasiado lejos de la dosis letal.
Un problema importante con los barbitúricos, es que pueden conducir a la tolerancia y la dependencia.
Una persona con síndrome de abstinencia a los barbitúricos experimenta estados de: ansiedad, insomnio, convulsiones, náuseas, alucinaciones.
Los barbitúricos se disuelven con facilidad en la grasa del organismo. Entonces están preparados para traspasar la barrera hemato-encefálica y alcanzar el cerebro…
Curiosidades.
Los climas calurosos y las épocas de altas temperaturas son de especial riesgo para el consumo de barbitúricos, que pueden favorecer la pérdida de líquidos o producir una elevada toxicidad en pacientes deshidratados. En caso de estar tomando algún tipo de tranquilizante, conviene extremar las precauciones y consultar al especialista.
El barbitúrico pentotal de sodio conocido como “suero de la verdad”. Sin embargo, en realidad no hace que las personas digan la verdad. Más bien, puede reducir las inhibiciones de una persona y hacer que la gente sea más locuaz.
El músico Jimi Hendrix murió el 18 de septiembre 1970 de una sobredosis de barbitúricos.