domingo, 25 de enero de 2015

DEPRESIÓN INFANCIA / ADOLESCENCIA (1)


La depresión se describe como estados de ánimo de tristeza o melancolía acompañados de pérdida de interés por las cosas en general… Se trata de una emoción negativa que invade a las personas que la sufren y que les impide disfrutar de la vida.
La depresión en la infancia fue reconocida como tal, en Estados Unidos en la Conferencia de la Depresión en la Infancia del National Insitute of Mental health (NIMH), celebrada en 1975, en la que se concluyó que para diagnosticar depresión en niños podrían utilizarse los criterios de los adultos, realizando las modificaciones adecuadas de acuerdo con la edad y las etapas del desarrollo. 
En Europa el reconocimiento de depresión en niños y adolescentes tuvo lugar en 1971, cuando la Unión Europea de Psiquiatras infantiles reconoció y trató oficialmente las necesidades de los niños con depresión y declaró que la depresión era una importante enfermedad que constituía una parte considerable de los trastornos mentales en niños y adolescentes.
La depresión en niños y adolescentes es un trastorno engañoso, en bastantes ocasiones poco reconocido, confundido con otros trastornos, o entendido como una variación normal del estado de ánimo.
La depresión infantil puede definirse como una situación afectiva de tristeza mayor en intensidad y duración que ocurre en un niño. Se habla de depresión mayor, cuando los síntomas son mayores de dos semanas, y de trastorno distímico, cuando estos síntomas pasan de un mes.
La depresión infantil constituye un problema psicológico complejo. Los síntomas pueden variar de un niño a otro.
Los síntomas de la depresión infantil según la edad:
Inferior a 7 años:
  • Llanto inmotivado.
  • Quejas somáticas.
  • Detenciones del desarrollo.
  • Fobia escolar.
  • Irritabilidad.
  • Encopresis (defecación involuntaria que sobreviene al niño mayor de 4 años, sin existir causa orgánica que lo justifique).
De los 7 años a la edad puberal:
  • Agresividad.
  • Quejas somáticas.
  • Apatía y tristeza, sensación de aburrimiento…
  • Agitación psicomotriz y ansiedad (no reactivas a nada en concreto).
  • Trastornos de eliminación.
  • Bajo rendimiento escolar y problemas importantes de desadaptación escolar.
  • Falta de concentración.
  • Sensación de estar superado por las exigencias.
  • Fobia escolar.
  • Anorexia.
  • Astenia y pérdida de energía.
  • Trastornos del sueño.
  • Ideas o conductas obsesivas.
  • Ideas de muerte recurrentes (y no necesariamente ideas de suicidio)…
Adolescencia:
  • Los mismo síntomas que en la edad prepuberal.
  • Hurtos.
  • Conducta negativista…
  • Agresividad.
  • Deseos de irse de casa.
  • Consumo de alcohol y/o drogas.
  • Irritabilidad y malhumor.
  • Sentimiento de no ser comprendido (alienación) o aprobado.
  • Tendencia a recluirse en la propia habitación.
  • Desgana para coorperar en actividades familiares.
  • Dificultades escolares.
  • Falta de interés para el aseo personal.
  • Trastorno del estado de ánimo, desmoralizacón y falta de alegría.
  • Retraimiento social con hipersensibilidad; especial respuesta al rechazo en relaciones amorosas.
  • Desinterés por cosas que antes le atraían.
Causas
Diferentes sucesos pueden actuar como desencadenantes de la depresión. Aunque a veces, la depresión aparece sin ninguna causa externa aparente. En algunos casos existen familias en las que varios de sus miembros padecen depresión; considerando en estos casos que los factores hereditarios pueden ser importantes.
Las relaciones familiares de los niños y adolescentes deprimidos suelen caracterizarse por la existencia de disputas, maltrato, rechazo, y problemas de comunicación con una pobre expresión de afecto positivo y de apoyo. Los padres pueden estar también ellos mismos deprimidos o padecer otros trastornos psiquiátricos u otras enfermedades que condicionen una reducción de la efectividad de la educación parental. 
El cerebro utiliza mensajeros denominados “neurotransmisores”, los cuales envían señales a diferentes partes de nuestro cuerpo. También sirven para que diferentes partes del cerebro se comuniquen entre sí. La alteración en el funcionamiento de los neurotransmisores influye en el estado de ánimo y es a ese nivel donde actúan los medicamentos.
Diferentes enfoques teóricos han intentado explicar el origen de la depresión infantil:
  • Enfoque Cognitivo: la existencia de juicios negativos (Beck), indefensión aprendida (Seligman), experiencias de fracasos, modelos depresivos (Bandura), ausencia de control, atribuciones negativas.
  • Enfoque Conductual: a través de la ausencia de refuerzos (Lazarus), deficiencia de habilidades sociales y acontecimientos negativos sucedidos en la vida del niño.
  • Enfoque Biológico: debido a una disfunción del sistema neuroendocrino (aumentan los niveles de cortisol y disminuye la hormona de crecimiento), por una disminución de la actividad de la serotonina (neurotransmisor cerebral), y por efecto de la herencia (en el caso de padres depresivos).
En la actualidad se admite una compleja interacción de distintos factores tanto de carácter biológico como social que sirven de base a la aparición de las distintas conductas normales y patológicas. Es necesario que se dé una cierta vulnerabilidad personal, familiar y ambiental que combinadas dan lugar a la aparición de una conducta desajustada.
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