martes, 6 de enero de 2015

ESQUIZOFRENIA 3


Para llegar a un diagnóstico correcto de la esquizofrenia, es necesario en principio descartar otras enfermedades. En ocasiones síntomas mentales graves se deben a trastornos médicos que no han sido detectados, y a través de un examen físico y análisis de laboratorio se pueden descartar otras causas posibles, dado que el uso de drogas ilegales es común y a veces pueden causar síntomas parecidos a la esquizofrenia.
También hay que descartar otras enfermedades psiquiátricas que se puede presentar de forma similar. Como por ejemplo algunas personas con síntomas de esquizofrenia también presentan un estado afectivo muy elevado o bajo, persistiendo por mucho tiempo, con lo que es necesario determinar si tienen esquizofrenia, o si se trata de un trastorno bipolar (maníaco / depresivo) o de un trastorno depresivo mayor. Aquellas personas cuyos síntomas no se pueden clasificar claramente a veces reciben el diagnóstico de trastorno esquizoafectivo.
Etapas de la esquizofrenia a lo largo de una vida
I. En las primeras etapas de la vida el paciente funciona al 100%, y es prácticamente asintomático.
II. Durante una fase prodromal, que se inicia en la adolescencia, puede haber conductas extrañas y síntomas negativos sutiles.
III. La fase aguda de la enfermedad se inicia y continúa entre los 20 y los 40 años con síntomas positivos, remisiones y recaídas, pero sin recuperar nunca del todo los niveles propios de funcionamiento. Éste suele ser un estado caótico de la enfermedad, con una evolución descendente progresiva.
IV. La fase final de la enfermedad puede iniciarse entre los 40 y los 50 años, o incluso más tarde, con síntomas negativos y cognitivos prominentes, con algunos altibajos durante su evolución, aunque con un considerable descenso del nivel de funcionamiento basal, lo que sugiere una fase más estática de la enfermedad que a veces se denomina “agotamiento”.
Tratamiento
El tratamiento de la esquizofrenia debe hacerse simultáneamente en los tres niveles de prevención:
1. Eliminar los síntomas una vez que se han presentado.
2. Prevenir la aparición de nuevas crisis.
3. Rehabilitar al paciente para favorecer un mejor funcionamiento global.
El tratamiento se basa en la habilidad de los medicamentos para reducir los síntomas y reducir el riesgo de que estos vuelvan a presentarse una vez que han disminuido o desaparecido.
Se diferencian en dos tipos de antipsicóticos o neurolépticos:
  • Los clásicos: clorpromazina, haloperidol o tioridazina…
  • Los neurolépticos atípicos: clozapina, risperidona, olanzapina, ziprasidona o quetiapina…
Ambos tienen en común la capacidad de corregir desequilibrios de los neurotransmisores, sobre todo la dopamina, y aliviar los síntomas positivos. Por su parte, los neurolépticos atípicos tienen especial capacidad para corregir el desequilibrio de la serotonina, teniendo efectividad también sobre los síntomas negativos, además de presentar la ventaja de que producen menos efectos secundarios.
Durante las fases iniciales del tratamiento, los pacientes pueden sufrir efectos secundarios como somnolencia, inquietud, espasmos musculares, temblores, boca seca o visión nublada. La mayoría de estos efectos pueden corregirse reduciendo la dosis o pueden ser controlados por otros medicamentos. Cada paciente puede reaccionar de una manera diferente a un mismo medicamento.
Los riesgos a largo plazo de los antipsicóticos comprenden un trastorno de movimiento llamado discinesia tardía, caracterizado por movimientos involuntarios repetidos, que normalmente afectan la boca, los labios y la lengua y ocasionalmente el tronco, los brazos y las piernas.
Los antisicóticos atípicos (desarrollados en los últimos años), posiblemente conllevan un riesgo mucho menor de producir discinesia que los antisicóticos clásicos o típicos. Sin embargo, a pesar de que los nuevos medicamentos tienen en general menos riesgos, no están completamente libres de efectos secundarios. Por ejemplo, pueden producir aumento de peso, si se administran en dosis demasiado altas, pueden producir problemas como aislamiento social y síntomas parecidos a la enfermedad de Parkinson. No obstante, los antisicóticos atípicos representan un avance significativo en el tratamiento, y su uso óptimo en los pacientes esquizofrénicos es objeto de varias investigaciones actuales.
Intervención psicológica
El tratamiento de ser integral orientado al control de la sintomatología, la reducción del numero de recidivas, tiempo de hospitalización, el buen manejo del paciente en la comunidad y la mejora de la calidad de vida del paciente y su familia. Lo cuál conlleva que los aspectos tanto de evaluación como de tratamiento sean complicados, necesitando los profesionales una formación específica en la planificación, desarrollo puesta en marcha de este tipo de programas de tratamiento.
La evaluación que ha de realizarse tanto al iniciar el tratamiento como a la finalización del mismo para observar la mejora objetiva del paciente, debe de incluir al paciente y a su familia, abarcando tanto la psicopatología, como las habilidades sociales, trastornos cognitivos, estrés psicosocial, capacidad de afrontamiento, ajuste familiar y laboral, y el funcionamiento social.
En la evaluación familiar se debe de incluir la valoración tanto de la carga familiar como la capacidad y estilo de afrontamiento familiar, así como una valoración cuidadosa de las relaciones intrafamiliares. Todo este proceso debe simplificarse y convertirse en una evaluación continua durante el tiempo de tratamiento que permita tener información actualizada de cómo está el paciente y su entorno.
Pudiendo desarrollar los programas de tratamiento de modo individual o de modo grupal y con frecuencia de manera combinada cuando las circunstancias o los momentos puntuales así lo requieran.
Los programas de intervención están diseñados según los casos y objetivos de los mismos para poder trabajar con grupos de pacientes únicamente o con grupos de familias (intervención grupal) o con el paciente y su familia de modo individual (intervención familiar); este tipo de intervenciones son flexibles y se pueden adaptar a las distintas características de los pacientes esquizofrénicos y sus familias, de hecho en general la adherencia al tratamiento es buena por parte de los mismos.
En cuanto a los resultados con este tipo de programas suele mejorar el funcionamiento cognitivo, la sintomatología y el funcionamiento social de los esquizofrénicos, se reduce el estrés crónico, la carga familiar y las conductas intrafamiliares desadaptadas. También, se consigue disminuir las recaídas de los pacientes esquizofrénicos en mayor medida que la sola administración de tratamiento farmacológico y se posibilita una mayor reinserción laboral. Los beneficios del tratamiento se suelen mantener durante largo tiempo tras interrumpir el tratamiento.
El siguiente enlace es un artículo sobre los Tratamientos psicológicos eficaces para la esquizofrenia, donde se presentan como se indica en el mismo, los resultados de la investigación empírica sobre cuatro modalidades de tratamiento psicológico: las intervenciones psicoeducativas familiares, el entrenamiento en habilidades sociales, las terapias cognitivo-conductuales para los síntomas psicóticos, y los paquetes integrados multimodales…
Y para terminar adjuntamos la tercera parte del vídeo sobre el misterio de la esquizofrenia.