martes, 6 de enero de 2015

Drogas de Diseño: GBH

El GHB también es conocida como biberones, éxtasis líquido, oro bebible… la composición química de esta sustancia es el gamma hidroxibutirato, clasificada como sustancia depresora. La presentación de esta sustancia generalmente se vende en frascos trasparentes y en formatos pequeños (como ampollas, perfumes de muestra…). El GHB es de color blanco. Cuando está solidificada es como polvo blanquecino y su textura “como pequeñas escamas de cristal”.
El GHB se desarrolló originariamente como anestésico general, pero nunca se logró su correcta aplicación por lo que fue rechazado como tal. Posteriormente se observó que favorecía el incremento hormonal, lo que llevó a ciertos atletas y culturistas a usarlo para incrementar el crecimiento muscular, así como complemento dietético. Fue antes de ser frecuentado por los jóvenes como droga recreativa en fiestas y discotecas.
Patologías asociadas a su consumo
Los efectos son variables y dependen de la capacidad de asimilación de los consumidores, pero en términos generales provoca:
  • Efecto anestésico.
  • Obnubilación.
  • Somnolencia.
  • Cuadros de depresión a nivel neurológico.
  • Cuadros de euforia sin causas.
  • A nivel cardíaco provoca bradicardia.
  • Incipiente debilidad muscular.
  • Cefalea aguda.
  • A nivel respiratorio provoca una respiración irregular y lenta.
  • Provoca cuadros de coma.
  • A nivel locomotor provoca descoordinación en la marcha y temblores de alguno de los miembros.
  • También provoca incontinencia urinaria…
El sujeto dependiente de GHB desarrolla conductas contradictorias, es decir, como esta sustancia afecta al sistema nervioso central provoca altibajos de estados de ánimo haciendo que el sujeto dependiente pueda aumentar su vida social, su estado de euforia, delirios, agitación, alucinaciones y crisis de pánico, como caer en picado a una depresión donde lo característico de “este estado depresivo” le provoca cierta sedación y relajación.
También cuando el dependiente desarrolla este “bajón” su expresividad tanto locomotor como verbal se hacen lentas y la construcción de frases e ideas son incongruentes y poco entendibles. Pierde también el deseo de comunicarse, cuando el “bajón” está en su punto más profundo y grave.
Los juicios de comportamiento también son alterados a consecuencia de la dependencia del GHB.
Se ha asociado a agresiones sexuales. Mezclado con alcohol puede producir náuseas y dificultades respiratorias y con metanfetamina aumenta el riesgo de aparición de coma y ataques.