martes, 6 de julio de 2021

SÍNDROME DE BOREOUT

El boreout es lo contrario del burnout. Se compone de bajos niveles de exigencia laboral, aburrimiento y desinterés. La premisa de que sería genial no dar golpe en el trabajo es muy popular. Sin embargo, la verdad es que las horas en las que no hay nada más que hacer que esperar a que llegue la hora de volver a casa, pasan muy lentamente, con un terror mudo. El empleado a quien le ocurre esto termina basando en esa insatisfacción, por paradójico que parezca, el resto de estrategias de su vida. Y esas estrategias, seguirán dejando a un lado toda creatividad.

El síndrome del boreout consiste en tres elementos, totalmente opuestos al estrés en el trabajo:
  • Infraexigencia: describe el sentimiento ante la capacidad de poder rendir más en el trabajo de aquello que exige la empresa.
  • Aburrimiento: expresa un estado de desgana y de duda, porque el empleado no sabe qué hacer durante todo el día.
  • Desinterés, desmotivación: se detecta una ausencia de identificación con el trabajo.
Algunas señales que pueden llevar a concluir que un funcionario, empleado u obrero padece de boreout son:
  • La persona está privada de tareas en el trabajo.
  • El empleado se siente aburrido y poco comprometido.
  • El sujeto finge tener trabajo.
  • La persona se siente cansada y apática después del trabajo.
  • Se siente insatisfecho en el trabajo.
  • No le encuentra sentido a su trabajo.
  • La persona tarda mucho en terminar un trabajo que se podría realizar en corto tiempo.
  • Siente miedo a que lo despidan.
  • Utiliza internet y envía mails sin razón en horas de trabajo.
  • Tiene poco o ningún interés en el trabajo.

Situaciones por las que el boreout puede aparecer
En términos de procesos del grupo, es muy posible que el jefe, o ciertos miembros del equipo, asuman todo el trabajo interesante, delegando solo aquellas rutinarias y aburridas para el resto de los integrantes.
También podría ser que el jefe suele extender esta estrategia en el tiempo, evitando delegar y haciendo que los pedidos por tareas más interesantes por parte del equipo comiencen a disminuir. El resultado es desastroso para ambas partes: jefe y empleados, y a medio plazo.
Consecuencias
Un jefe estresado por sobrecarga (burnout) y un grupo de empleados con la autoestima baja (boreout).
Pasar gran parte del día simulando que uno se encuentra trabajando genera aún más efectos negativos que el estrés por exceso de tareas.
El resultado es la depresión grave, pero el empleado siente temor a que se den cuenta en la oficina. A pesar del odio de la situación, se experimenta la sensación de ser incapaz de pedir tareas más desafiantes.
A medida que pasa el tiempo, la persona se va acostumbrando a esa situación de no tener trabajo y ocupa sus horas laborales con temas particulares. Esa comodidad superficial es el enemigo silencioso. “Es cuando la persona comienza a tener aversión al trabajo”.

Alternativas contra el síndrome
  • Hablar de manera honesta y sincera con el jefe apenas se comienza a padecer los síntomas, planteando las ganas de desempeñar tareas más desafiantes.
  • En el caso de que el jefe sea la causa de esta situación, plantearle la situación, y si no hay un cambio, acudir, personalmente y por correo electrónico, al jefe de tu jefe.  
  • Por último, perder el miedo a cambiar de trabajo, ya que en general suele ser la mejor acción. (aunque esta hipótesis del cambio de trabajo, no es la mejor en estos momentos de crisis).
Alternativas por parte de la empresa
  • Al contratar una persona, se le deben aclarar cuáles son sus funciones, quién es su superior directo y comunicarle las reglas de la empresa.
  • Ayuda mucho elaborar el organigrama de la empresa y realizar el cronograma semanal, mensual y anual.
  • La comunicación permanente es primordial para que los empleados rindan al máximo en su puesto laboral.